Fucking Hell

El infierno lo habito de lunes a viernes de 9 a 18.

Hasta las horas ahí dentro se transforma en llamas porque las 9 llegan temprano y las 18 se hacen cada vez mas largas.

En la fosa de escritorio, tapo las paredes con recuerdos de colores intentando que me saquen un poco del recortado espectro que me inunda.

Guardo los muertos que me regala el día a día en una carpeta de pc, como la lapida que marca algo que paso a otro mundo. Mayo 2011_Cliente XX_Entregado.

Se pasean por los pasillos mercenarios de vida

Asesinos de sonrisas

Torturadores de respeto mutuo.

Demonios que manipulan los caminos llamándolos “carrera”

Condenas propias, que arrastran y condenan a los demás.

En este infierno, los muertos viven en la oscuridad del tiempo que apremia y sofocan las ganas de luz.

Y así entre ventanas de chat amargas,

Entre preguntas tontas y repetidas,

entre imposibles que extorsionan mi seguridad

entre aviones que están a punto de partir y debo alcanzar,

Ente desgano, ira, cansancio, desilusión, odio, frustración, agobio, hartazgo y presión impuesta…

Los dirigentes del infierno gritan para hacerse oír,  escriben mal para hacerse leer,  y quieren crucificar los intentos de coherencia.

Quieren comprar almas.

Quieren que mi alma pertenezca a este montón de cemento que arde en la vorágine y almacena gente sin vida.

No sé cuánto podrá mi alma valer, pero no la vendo al diablo.

Y menos, a un diablo que paga tan mal.

Tarde, llegan las 18 y empieza mi vida.

Tarde, pero salgo a la libertad.