el triste reflejo de esperanza para conservar su recuerdo.
Sueños que sueñan toda la noche, y pierden la cuenta de los días.
Con los brazos abiertos y un grito seco, breve, va palpando su corazón pequeño...
Despierta! Solo quedan pedacitos sueltos de la muerte.
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La dulce melodía que los unió bailaba en el aire y las velas iluminaban el espacio
Sentí que una caricia azotaba mi rostro y unos dulces labios posaban sobre los míos...
El corazón no dejo de latir, mi piel no dejó de sentir...
El amor tomó el poder una vez más y nos sometimos cual dos esclavos.
Los colores se tornaron transparentes, al igual que nuestras almas que juntas y entrelazadas su amor juraban.
Sin testigos, sin palabras...
Mientras el fuego se enderezaba alerta, pensé que ese gesto tuyo revivía entre las llamas...
Y así, venciendo a la muerte, fantasma blanco, soñé que te amaba.
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