19 de julio de 2011

Y un día aprendí

Hacia días que tenía fuertes dolores de cabeza. Desde que me levantaba, hasta que me iba a dormir. Eran como puntadas, pero muy pronunciadas en ambos extremos de mi cien. Por un momento pensé en pedir turno con el médico, porque realmente me estaba preocupando la insistencia de ese dolor, pero cuando yo emitía algún tipo de queja, él me tildaba de exagerada, de mentirosa o de inventar excusas para que las noches se terminaran cada vez más temprano. Él lograba que me sintiera culpable, entonces yo atribuía ese dolor al stress del trabajo, al mal sueño o a algún que otro cigarrillo de más, y seguía…
Pero una mañana, quise levantarme de la cama como lo hacia habitualmente y me sentí imposibilitada de hacerlo. Estaba anclada horizontalmente sin poder mover el cuerpo. Busque todas mis fuerzas y aún así, seguía pegada al colchón, sin poder despegar mi cabeza de la almohada; como si algo me tuviera atrapada ahí. Después de intentar varias maneras de zafar de esa posición inmóvil, me deslicé hacia los pies de la cama, y mientras sentía el sonido de un serrucho, pude ponerme de pie.
El dolor de cabeza era insoportable, peor que nunca. Mientras me dirigía al living, suena el teléfono.
Fue la voz de una “mujer” que a los gritos, me quitó de un tirón y sin anestesia la venda de los ojos.
Parada frente al espejo, pude ver sobre mi cabeza, dos grandes cuernos. Gigantes y ramificados. Nunca imaginé que él fuera capaz de generar algo tan grande en mí. Esos dos cuernos repletos de cobardía, de silencios, de engaño y de traición.

Primero se me nubló la vista, después me lloraron las manos. Por ultimo sentí fuego en el pecho, y como se me daba vuelta el corazón.
Mientras juntaba cada una de sus mentiras, iba perdiendo la inocencia y con la inocencia la confianza.

Lo miré, y me vi reflejada en una imagen totalmente enajenada, extraña y recortada. Una imagen que miraba y no podía reconocer. Una imagen que no quería de mí. Entonces, cuando sentí que no quería ser la sombra en la que me convertía, pude volver a elegir. Y lo deje ir, y me permití volver a mí.

Le pedí las llaves; me devolvió la libertad.

Los cuernos con lo días se transformaron en alas.
Y así, muy de a poco, me di cuenta que empezaba a volar...

_"Espero que algún día me puedas perdonar"
_"Te perdoné, cuando me dí cuenta que sin vos podía volar"





16 comentarios:

Asdril dijo...

Este post serán solo serendipias Mariposita?
En este momento me roza (espero que sólo sea el roce) una historia de cuernos, intrigas, mentiras y cabezas que ruedan y veremos cómo termina todo ésto.

Entre cuernos y alas, me quedo con las alitas :)

Saludos

Asdril dijo...

soy sobrina de ... bueno ya me conocerás.

Sandra dijo...

Uff! Espero que mis migrañas no terminen en cuernos!! Uyyyyyyyy....
---
paciencia con Asdril :)

Morella dijo...

Brillá con tu alas, Mariposa, y nunca dejes de volar!

Que nadie (ni nada) te arrebaten tu libertad!

Besos Amiguisima!

Dany dijo...

La prueba fehaciente de que todo lo que vemos negro puede superarse. Y pronto volverán los colores. Un beso.

guille dijo...

Me encanta que seas capaz de convertir los cuernos en alas.

Perder a quien nos hace de lastre nos deja volar.

Pablo dijo...

Es hermoso lo que has escrito Mariposa. Me gusta mucho. Sobre todo cuando se trata de volar.
Besos.

TORO SALVAJE dijo...

Del infierno al cielo.
No te bajes de ahí.

Besos.

A.Torrante dijo...

Bueno, igual que te salgan cuernos es señal que andás bien de calcio! :-) Pero me alegra que hayas transformado algo malo en bueno. A eso llamo yo madurar.

Espérame en Siberia dijo...

¡Enhorabuena por tu espacio!
Mucho éxito y mucha luz para ti :)

Uno De Barba dijo...

Hola! Venía como loco leyendo, embalado a ver qué te ocurría, y me sorprendiste con los cuernos. Me gustó el relato, me gustó la transformación hacia las alas, me gustó.

Un beso

Anónimo dijo...

Cierto es que dejar a quien no te ha sido sincero y en quien ya no confias duele como verdaderas dagas en el corazón y en el alma. Pero cuando vuelves a levantar la cabeza, ves lo bueno que ha sido para tu persona haberlo descubierto, haberle dejado atrás y haber sufrido.
Te abrazo fuertemente.

Daniel Shields dijo...

Muy bien, de lo mejor que escribiste sin dudas.
Qué tragedia cuando se pide disculpas por algo que simplemente no es merecedor de disculpa.

Romanticotica Incorrecta dijo...

Es hora de dejar atrás.. :)
Y hay que aprender a perdonar!
¡Saludos!

Leo Mercado dijo...

Ufffffff.
Buen cambio, igual.
Besos.

Mariposa dijo...

Asdril: Bienvenida! Fue una serendepia sin lugar a dudas. Pero fue lo mejor!

Sandra: No, no pienses así, igual si duele mas la cabeza que el corazón es porque no era el indicado!

Morella: Freedom!

Dany: Es así, si nos damos cuenta cuando esta negra la cosa, no hay dudas que despues se puede pintar de colores otra vez!

Guille: Dejar ir al lastre!

Pablo: Gracias! Vuelo!

Toro: Mejor expresado imposible, del infierno al cielo, y de ahi no me bajan.

Ato: Ando bien de calcio! como te diste cuenta? ajjaja Igual sabes como me cuesta madurar no? Pero lo intento!

Esperame en siberia: Gracias!

Escritor: Gracias! No parecia que terminaba en cuernos? jaja ;)

Mi sensibilidad: Mejor la verdad, siempre!

Daniel: Gracias! Disculpas? Ese tipo de disculpas son como la mentira, él se convierte en mentira, o una verdad que no quiero.

Romantica: Quedó atras. La confianza se rompe por mas que perdones.

Leo: Si, los cambios siempre son buenos! ;)