30 de noviembre de 2011

Cuatro Noches

Esta ultima vuelta, me agarraste con la línea medidora de paciencia en rojo…
No se si es el cansancio de la época del año,
la presión del infierno, o
la soledad que a veces en vez de alivianarse se vuelve pesada.

No sé realmente si fue algo de eso, o la suma de todo;
o, un intento por buscar excusas,
Pero esta ultima vez, se me hicieron duras las cuatro noches en la Clínica

Parece que cuando estas en esas situaciones dejas de ser el hombre
seguro y fuerte que te empeñas en mostrar.
Te pones tan, pero tan mariconazo, que generas en mi una especia de bronca y ternura que luchan entre si.

Y te tapo, y te destapo.
Y te doy agua y te preparo el café (mas café que leche, con dos sobre de edulcorante)
Y te doy el control de la tele, y a pesar de eso, me levanto 10 veces a bajarle el volumen, otras 5 a subirlo
Y llamo a la enfermera mas allá que tengas el llamador en la mano
Y te doy mi maquina para que revises tus mails, cuando quería empezar a ver una película
Y cuando intento sentarme, me pedís que te enchufe el celular,
Y cuando intento nuevamente sentarme suena el teléfono fijo, entonces me levanto y te hago atender.

Corrí los cuatro días entre las llamas del infierno, para llegar a las noches de luz prendida en la habitación 610, porque querías ver con tus propios ojos y controlar el suero a pesar de que la enfermera pasaba cada 20 minutos…

Y sentí que, por cuatro noches, cambiábamos los roles
Te vi tan chiquito, tan indefenso, tan dependiente,
Intentando llamar la atención en busca de cariño, para cumplir las cuotas atrasadas del año que nos separa.

Y se me termina la paciencia, pero te recuerdo tapándome a mi, esperando que me duerma para irte a tu cama… Te recuerdo armando el arbolito de navidad con entusiasmo como un chico conmigo, te veo  sin dormir cuando estaba enferma, te veo comprándome el vestido que tanto quería, y haciéndome la torta de chocolate a pesar que a vos no te gusta…

Entonces, me doy cuenta, que ahora me toca a mi, cuidarte aunque sean solo cuatro noches, porque después de todo, cuatro noches no son nada en comparación de todas las noches que vos me cuidaste a mi…
Y dejando algunos reclamos de lado, y haciendo que la paciencia me encuentre, y tratando de pensar que no importa que no leas esto, porque por suerte, aprendimos a comunicarnos a nuestra manera…
No importa que no lo leas, porque yo, aprendí a no callar como vos y poder decirte que te quiero cada vez mas seguido y sin motivos, simplemente porque lo siento…
No importa que vos no me lo puedas decir a mí tantas veces como quisiera oírlo, porque aprendí a verlo y recordarlo en tus actitudes.

Que bueno que fueron solo cuatro noches, y que estés bien.
Que bueno que tengo papá para rato.



15 de noviembre de 2011

Estados

Alas en las palabras.
Rocas quebradas de silencios.

La comodidad.
El miedo.

Le pasan los soles.
Le pasan las lunas.

El todo vacío.
La nada misma.
La parte incompleta.

Mirando el horizonte lejano.
Acalambrada la acción.
Como con los pies en la arena.
Cubiertos de mar.

_Que haces ahí, tan quieto sin hacer nada?
_Si que estoy haciendo algo… Me estoy hundiendo